EL
PRINCIPITO
ANTOINE
DE SAINT-EXUPERY
A los 6 años un niño elabora un dibujo
de una serpiente devorando un elefante
Pero al enseñárselo a los
adultos creían que era un sombrero por lo cual se vio en la necesidad del
dibujar en el interior de la boa al elefante.
Aun así los mayores no le ven importancia y le piden que se dedique a
otras cosas, y efectivamente lo hace con el tiempo llega a ser un buen piloto,
que desastrosamente vive un panne en el desierto Sahara.
La primera noche mientras dormía en aquel lugar fue despertado por una
suave voz que le pedía que le dibujara un cordero, en medio del asombro y la
soledad recordó que solo sabía hacer dibujos de bosques vírgenes, boas cerradas
y abiertas así que sin tener mas opción empezó a realizar el dibujo número dos
pero fue detenido por aquel hombrecito que dijo que no quería un elefante
dentro de una boa hecho que le sorprendió pues era el primero en reconocerlo.
El afán de un cordero se fue grande
por lo que lo intento pero siempre su dibujo tenia algún defecto por lo que
realizo una caja dentro de la cual se encontraba el cordero, el principito
quedo muy feliz.
Él era un personaje muy curioso porque nunca contestaba una pregunta pero
si llegaba a formular alguna no dejaba de insistir hasta que recibía la
respuesta por ende seria muy difícil saber acerca del pequeño; aun así entre
unas pocas palabras logro saber que el hombrecito venía de un planeta muy
pequeño seguramente el asteroide B612, era una personita muy melancólica y que
le encantaban las puestas de sol pues aseguraba que eran espectaculares para
los días de tristeza.
Llego el cuarto día y el principito pregunta al piloto si los corderos
comen arbustos, él le responde que si respuesta que lo hizo muy feliz ya que seria
mucha ayuda en su planeta por la cuestión de los baobabs pues allí no se pueden
dejar crecer o acabarían con él.
En el quinto día el piloto intentando arreglar la parte de su motor
averiada en un momento llega el principito nuevamente interrogándole porque ya
sabía que los corderos comían arbustos pero no sabía si comían flores y para
qué les servía ellas las espinas, a lo que el hombre con afán y sin pensar
respondió ¡para nada! Respuesta que enfureció al hombrecito pues en su planeta
había una flor única y que si el cordero llegara a comérsela seria como si
todas las estrellas se apagaran, lleno de dolor grito diciendo que el viajero
era igual a todas las personas mayores que siempre confunden todo, se cree muy
serios y solo les importan los números .
Al verlo en ese estado el viajero se sintió tan triste y tal ves culpable
que dejo sus herramientas y se fue a consolar a su pequeño amigo prometió
dibujar un bozal para el cordero y una armadura para la flor…
El principito empieza a contar su viaje hasta la tierra: había llegado al
Sahara usando la emigración de los pájaros silvestres, pero antes de partir deshollino
los volcanes, arranco los últimos brotes de baobabs y se despidió de una
vanidosa flor, como se encontraba en la región de los asteroides 325, 326, 327,
328, 329 y 330 comenzó a visitarlos uno por uno.
En el primero había un hombre que se creía rey pero no solo de su planeta
si no de todos incluso de las estrellas y solía decir que todos sin refutar
obedecían todas sus ordenes, por lo que el principito le pido que le ordenara
al sol una puesta de sol lo que aquel personaje no pudo hacer, sin mas ni mas y
decepcionado de lo que no había visto pidió al rey la orden de partida, aunque
se negó hacerlo aun así el pequeño se iba ir y ya en medio vuelo el rey lo
declaro embajador.
El segundo planeta estaba habitado por un vanidoso quien creía que todos
los hombres son admiradores y que él era el mas rico, inteligente y mejor
vestido.
El asteroide 327 estaba habitado por un bebedor que bebía según él por
vergüenza de ser bebedor, el principito no tuvo otra opción mas que alejarse
totalmente perplejo.
El cuarto planeta era el del hombre de negocios que se dedicaba
administrar las estrellas porque era un hombre muy serio y necesitaba depositarlas
en el banco pues entre mas tuviera mas rico era.
El asteroide 329 era el mas pequeño apenas había espacio para un farol y
su farolero quien solo se dedicaba a encenderlo y apagarlo cada minuto que era
la duración de un día. Hasta el momento era el único que se ocupaba de una cosa
ajena de sí mismo y de cual el principito tal ves podría ser amigo pero aquel
planeta era demasiado pequeño para dos personas.
El siguiente planeta era mucho mas grande, allí residía un anciano
geógrafo que se dedicaba a escribir lo que los exploradores llegaban a
contarle, pero en realidad nunca exploro por sí mismo pues creía que era mejor
estar en su escritorio esperando la información. El anciano le recomendó al
pequeño visitar la tierra ya que para él tenia una buena reputación.
Al llegar pensó que se había equivocado pues estaba en un lugar muy
solitario donde su primer contacto fue una serpiente quien le informo que
estaba en un desierto y que allí no habían personas y alcanzo a enojarse por
ciertos comentarios que hizo el hombrecillo por lo que le hizo saber que si lo
quisiera podría acabar con él pero no lo haría ya que lo consideraba un ser
puro.
Empezó a caminar pero solo encontraba piedras, arenas y montañas, después
de caminar un largo tiempo llego a un jardín lleno de rosas todas iguales a una
que tenía en su planeta y que creía única, se sintió tan triste y solo que
tendido sobre la hierba, lloro.
A continuación se encontró con un zorro que le pedía desesperadamente que
lo domesticara y sin mucho animo (pues sabia que algún día tendrían que marchar
y consideraba que solo haría sufrir al zorro) lo hizo, ya cuando llego el
momento de su partida el zorro sabia que no podría evitar el llanto pero antes
de eso le pidió que visitara nuevamente las rosas, allí el principito se dio
cuenta de que en verdad todas eran distintas pues la suya estaba domesticada
porque el necesitaba de ella, y ella necesitaba de él; este era el secreto del
zorro No se ve bien sino con el corazón, lo esencial es invisible a los ojos y
es una verdad que los hombres han olvidado.
Continuó su camino y encontró a un hombre quien le afirmo que los mayores
nunca están contentos donde están, que no persiguen ni buscan absolutamente
nada y que son capaces de ahorrar tiempo
para nada.
Después de escuchar la historia aquel viajero bebía su última gota de agua
y aunque el relato era muy interesante, el avión seguía en el mismo estado y el
agua se había agotado. Por lo que empezaron a caminar en busca del preciado
líquido se acaba el día y no hallaron pozo alguno así que sin mejor solución se
acostaron pues querían descansar, el hombre solo admiraba al principito y su
sabiduría lo veía como un tesoro que debía cuidar, lo tomo en sus brazos y
continuó su camino, hasta que al amanecer encontró el tan anhelado pozo, pero
era extraño porque parecía ser de alguna aldea entonces comprendió que el pozo
había nacido de la marcha y del esfuerzo de sus brazos.
Para el principito los hombres cultivamos 100 rosas pero nunca encontramos
lo que buscamos aunque este en una sola rosa porque nuestros ojos están ciegos
y es necesario buscar con el corazón.
Ahora le recordaba la promesa de dibujar un bozal pues era responsable de
una flor, y así lo hizo el hombre aunque no entendía la actitud que tenía e
principito, la vino a entender cuando este le comento que esa mañana era el
aniversario de su legada a la tierra el cual enrojecido le pidió que se fuera a
trabajar y que al siguiente día volviera. Efectivamente al siguiente día volvió
a aquel lugar y encontró al principito sobre un muro, asustando y huyendo de
una serpiente muy venenosa el hombre agarro al pequeño fuertemente en sus
brazos sabían que había llegado el momento de que cada uno partiera a sus
lugares (pues el piloto por fin pudo arreglar su avión).
Ya solo quedaría del principito el recuerdo de su risa la cual vería cada
vez que saliera una estrella pues sabía que él estría en una de ellas.
El principito se fue cayo sentado sin hacer ruido con un relámpago
amarillo en su tobillo.
Pasaron seis años y aun sigue recordando cada una de sus palabras, el
cordero y el bozal. Ahora bien...
Vale la pena ponernos a pensar si en realidad se nos olvido el niño que todos tenemos por dentro ¿quién somos? tal ves acaso el hombre de negocios que solo piensa en como volverse más rico cada día, el rey quien espera que todos esten a sus pies y acomoda las cosas a su convenir, el vanidoso que se cree superior a todos los demas en cada aspecto, el afrolero para el cual en su vida solo hay espacio para él mismo o el geografo que espera que todo llega a su lugar sin mover un solo dedo.
Es verdad que debemos buscar con el corazón pues las cosas esenciales son invisibles a nuestros ojos y estamos acostumbrados a que cada individuo vive en su propio mundo y se cree superior a los que lo rodean sin prestar atención a esas cosas que aunque parezcan sencillas es lo que realmente nos pueden hacer FELIZ.
EXUPERY, Antoine de Saint.
El principito. 1ª. ed. Colombia: Cupido,1998. ISBN 958-96521-4-X